martes, 21 de octubre de 2014

¿Cómo aprovechar los conflictos laborales?

Bien dice el dicho que: "cada cabeza es un mundo". Así, cada persona tiene sus propios valores, conocimientos, intereses, habilidades, aptitudes y actitudes. En otras palabras, cada persona percibe lo que le rodea de una manera diferente, por ello es imposible alcanzar una uniformidad en el pensamiento y la acción. Estas divergencias hacen que los conflictos sean inevitables. No es posible esperar estar todos de acuerdo siempre y, menos aún, que pensemos igual.
Por lo general vemos a los conflictos como algo negativo, que afecta y puede llegar a destruir a los equipos, los resultados y la productividad. Sin embargo, los conflictos también pueden tener un lado positivo si logramos entenderlos e integrar ese aprendizaje en nuestra labor diaria.
Pero, ¿cómo se le hace para aprovechar los conflictos? A continuación hablaremos sobre algunas de las estrategias más comunes para lograr este objetivo:
Reconocimiento de las diferencias individuales: Las diferencias entre las personas generan el progreso, por lo tanto, el problema no radica en la existencia de las mismas, sino en descubrirlas, canalizarlas y aprovecharlas. Es decir, colocar a cada quien en un trabajo acorde con su personalidad. Si no existe la conciencia de la riqueza proveniente de las diferencias individuales y del aprovechamiento de las mismas, no se podrá avanzar más en el conflicto. Es importante conocer los estilos preferidos de cada quien al trabajar en equipo, para así balancearlos y fomentar que cada quien aporte al equipo lo mejor de sí mismo.
Eliminar la actitud de "sabelotodo": Cada persona puede aportar algo a la solución de un problema. Es importante estar abiertos a escuchar a los demás y a tratar de rescatar algo de lo que proponen, el descartar la opinión de alguien sin escucharla si quiera sólo alimenta el conflicto. Los valores, habilidades e intereses de cada persona generan una visión diferente y parcial de cada situación. Si juntamos varias visiones parciales, podemos tener una visión mucho más general y así sacar algo bueno del conflicto.
Énfasis en las semejanzas: Cuando hay un conflicto, se genera una discrepancia y con frecuencia se abre una brecha entre la postura de los bandos, acentuando así las diferencias. Esto da pie a que se olvide la meta inicial y, en su lugar, se trata de competir para humillar, vengarse o demostrar el error del otro bando. Si hacemos lo contrario y en lugar de poner el énfasis en la divergencias, nos fijamos en los intereses, objetivos y puntos de vista comunes dentro de las dos partes, se resalta el hecho de perseguir metas compartidas y configurar así un mismo equipo. Esto ayuda a entender que todos necesitamos de todos y en la medida que se cumplan los objetivos del grupo todos estaremos mejor.
Explorar los otros puntos de vista: Los desacuerdos surgen, por lo general, de información incompleta. Es importante indagar los puntos de vista ajenos al propio, sin juzgarlos y sin interrumpirlos, para así ampliar la comunicación y ser capaces de analizar puntos que se pasaron por alto anteriormente. Explorar los otros puntos de vista sirve para compartir información que puede ser de importancia para la otra parte, la buena fe es fundamental para aprovechar los conflictos. Al conocer los otros puntos de vista, se pueden aprender cosas nuevas y aprovechar así el conflicto.
Ponerse en los zapatos del otro: Intercambiar papeles es un ejercicio muy importante, ya que se pasa efectivamente al otro bando, por decirlo de alguna manera. Al hacer esto, se fomenta que se comparta la información y se ensanchan las perspectivas y los puntos de vista.
Emplear técnicas para disminuir la emotividad negativa: El conflicto se basa muchas veces en aspectos muy emotivos, en vez de racionales. Emplear técnicas que disminuyan las cargas afectivas negativas es muy útil. Algunas de estas técnicas son el ejercicio físico, la meditación, la respiración profunda, etc. Además es una buena idea que al momento de un conflicto, se intercalen los miembros de cada bando, es decir, que no se pongan los de un bando de un lado de la mesa y los del otro en frente. El intercalarse fomenta el contacto personal, la apertura a las opiniones de los demás, es sentimiento de equipo y disminuye los aspectos emotivos negativos que entorpecen la resolución del conflicto.
Las anteriores son sólo algunas de las técnicas que un gerente puede utilizar para resolver positivamente los conflictos en el trabajo. Es importante recordar que el punto no es sofocar las diferencias y buscar la homogeneidad total, sino sacar lo mejor de las opiniones, valores e ideas de los demás, favoreciendo la heterogeneidad y el intercambio de experiencias, ideas y conocimientos que lleven al progreso y a la productividad.

COMENTARIOS: Me parecen muy buenas las técnicas que podemos emplear para EVITAR, y RESOLVER los problemas laborales, debemos recordar siempre que somos un equipo, y que no solo somos nosotros en una organización.

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